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“Ella lo único que repetía todo el tiempo era ‘mi dedo’”: impacto en Concepción por mujer que perdió anular en medio de robo

La mujer de 64 años quedó enganchada de la puerta cuando el delincuente se llevó el auto. El dedo fue encontrado en su interior.

Impacto ha causado en Concepción, el violento robo que sufrió una pareja de adultos mayores, específicamente un hombre de 74 años y una mujer de 64. Esta última perdió el dedo anular cuando un sujeto le robaba su vehículo.

La camioneta marca Mitsubishi, fue sustraída mientras las víctimas se encontraban estacionados en la vía pública en calle General Cruz al llegar a la intersección con Tucapel, en el centro penquista, donde se encontraban descargando algunas especies desde el interior del vehículo.

Fue en ese momento cuando son abordados por un sujeto quien aprovechó que las llaves se encontraban al interior del automóvil para sustraerlo, escena en la que arrastró a las víctimas, situación que provocó la amputación traumática del dedo anular de la mano derecha de la mujer.

Con la información que las víctimas proporcionaron a la policía uniformada, los funcionarios se movilizaron rápidamente divisando en las inmediaciones el automóvil, que al ver la presencia policial huyó en dirección al sur, siendo en todo momento seguido a distancia por Carabineros.

La persecución se extendió por varias cuadras de la zona céntrica hasta terminar en la población Pedro del Río Zañartu, en la ribera norte del rio Biobío, donde los motoristas logran interceptar la camioneta y detener al hombre, de 17 años, por el delito de robo con violencia de vehículo. En el interior del automóvil en tanto, se encontró el dedo de la víctima.

Testigos de los gritos de la víctima

De acuerdo a un testigo, que conversó con T13, “de pronto se escuchó un grito y salimos a ver lo que era y vimos el bulto en la calle; estaba la señora. Se la llevó después la ambulancia, pero se veía mal. Estaba con taquicardia”.

Por otro lado, una mujer que pasaba por el lugar dijo “nosotros escuchamos un ruido, como una acelerada fuerte y unos gritos. Le dije a la gente que no la moviera, que había que dejarla quietecita, y ella lo único que repetía todo el tiempo era ‘mi dedo’”.

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